De la tierra a la luna
La novela de Verne no fue la primera obra literaria que relata un viaje a la Luna.
Entre las obra que anteriormente relatan este mismo hecho se incluyen, Historia verdadera (siglo II D. C.); de Luciano de Samósata, El descubrimiento de un mundo en la luna (1638); de John Wilkins, El hombre en la Luna (1638); de Francis Godwin, La Historia cómica de los estados e imperios de la luna (1657); de Cyrano de Bergerac, y el Viaje de Milord Céton por los siete planetas (1756), de Marie-Anne Robert.
Tras terminar la Guerra de Secesión estadounidense, el presidente del Gun-Club, Impey Barbicane, propone la fabricación de un cañón gigante para enviar un proyectil a la Luna.
Junto con el secretario, J. T. Maston, y tras ser informados de los detalles astronómicos por el observatorio de Cambridge, deben resolver una serie de cuestiones: características del cañón, forma y tamaño del proyectil, clase y cantidad de pólvora, ubicación del sitio de lanzamiento, financiación de la empresa.
Tras un dramático duelo entre Barbicane y Nicholl, Ardan los convence de que olviden sus rencores y viajen con él a la Luna.
El proyectil es modificado para permitir que los pasajeros puedan soportar el viaje.
Antes de ser lanzado el proyectil, J.T. Maston se queda en él unos días.
Cuando termina su misión, ha engordado. Finalmente, el proyectil es lanzado. J. T. Maston, en el observatorio construido en las Montañas Rocosas descubre que el proyectil no ha llegado a su objetivo, pero ha quedado lo suficientemente cerca como para quedar atrapado en una orbita alrededor de la luna.